Separarse a los 40, lo que nadie te cuenta

Separarse a los 40

Tras la década de los treinta, muchas personas se enfrentan a una evaluación profunda de sus vidas y relaciones. Esta etapa, marcada por crisis existenciales, puede llevar a decisiones importantes, como la de separarse a los 40.

La convivencia prolongada a menudo da lugar al desgaste emocional y afectivo, manifestado en la rutina, la falta de conexión y la pérdida de pasión. Reavivar la chispa requiere esfuerzo y comunicación mutua, pero a veces, la separación se presenta como la mejor opción para ambas partes.

Aceptar el fin del matrimonio implica un proceso de duelo emocional y legal. Es normal sentir miedo ante lo desconocido, a poca gente le gustan los cambios y la incertidumbre. Pero hay que ser valientes y priorizar el bienestar propio, así como el de la familia para iniciar una nueva etapa.

A pesar del dolor y los desafíos logísticos, la separación no tiene por qué ser amarga. Es posible cerrar un capítulo de forma respetuosa y enfocarse en construir un futuro más satisfactorio. Con determinación y optimismo, se puede encontrar la felicidad después de la separación a los 40 años, abrazando la oportunidad de renovación y crecimiento personal.

¿Por qué muchas personas deciden separarse a los 40?

Cada relación es un mundo de circunstancias y vivencias, pero por nuestra experiencia estas son algunas de las razones por las que muchas personas optan por separarse a los 40 años:

  1. Crisis existencial: A los 40 años, muchas personas se enfrentan a preguntas profundas sobre su vida y sus metas. Esto es positivo, pero les puede llevar a una reevaluación de la relación matrimonial.
  2. Desgaste emocional: La convivencia prolongada puede generar un desgaste en la relación, haciendo que algunos cónyuges sientan que han perdido la conexión emocional.
  3. Falta de comunicación: La falta de comunicación efectiva puede llevar a malentendidos y resentimientos acumulados. Esta mochila se hace cada vez más pesada y crea tensiones en la relación.
  4. Rutina y monotonía: La rutina diaria y la falta de novedad pueden hacer que la relación se vuelva aburrida y predecible. Como es comprensible esto puede llevar a la insatisfacción, al distanciamiento o la infidelidad.
  5. Cambios en las prioridades: A los 40 años, muchas personas experimentan cambios en sus prioridades y valores, lo que puede llevar a una reevaluación de su presente y futuro.
  6. Diferencias irreconciliables: Con el tiempo, algunas parejas descubren que tienen diferencias fundamentales que son difíciles de superar, lo que puede llevar a la separación.
  7. Infidelidad: La hemos comentado en relación a la monotonía, y ciertamente es una causa frecuente de ruptura en las relaciones matrimoniales. Seamos honestos, cuesta mucho recuperar la confianza perdida.
  8. Problemas financieros: El dinero puede generar tensiones en la relación y dificultar la convivencia, especialmente si las parejas no logran ponerse de acuerdo en cómo manejar sus finanzas.
  9. Cambios en la dinámica familiar: A medida que los hijos crecen y se van de casa, algunas parejas pueden sentir que han perdido el vínculo que los unía.
  10. Búsqueda de felicidad y realización personal: A estas edades muchas personas buscan una mayor satisfacción y realización personal. Si su relación se convierte en un obstáculo optan por separarse.

Dice la sabiduría popular que cuando una mujer toma la decisión de separarse, es difícil que haya vuelta atrás. Naturalmente hay muchas excepciones, pero si es cierto que la mujer cuando decide irse, es porque ya se fue, es decir que se trata de una decisión meditada durante meses.

Consejos antes de separarse

  1. Evalúa tu situación económica: La separación puede implicar un empobrecimiento económico. Así que es importante analizar tus finanzas y asegurarte de que podrás rehacer tu vida sentimental sin limitaciones económicas.
  2. Convivir con tu ex no suele funciona a largo plazo: Convivir como compañeros de piso no debe ser una solución definitiva. Vivir juntos después de la separación puede generar conflictos y dificultar el proceso de separación y no digamos el de rehacer vuestras vidas.
  3. Diferencia entre tus propios sentimientos y los relacionados con tu pareja y familia: Es importante separar tus sentimientos individuales de los que tienes hacia tu pareja y familia para tomar decisiones de manera más clara y objetiva.
  4. No cargues tus frustraciones en tus seres queridos: Es fácil proyectar nuestras frustraciones en quienes más queremos. Sin embargo, debes manejar tus sentimientos negativos de manera saludable y no permitas que afecten tu relación con tu familia y pareja.
  5. Asume que la separación a los 40 puede ser complicada: La separación puede traer consigo nuevos desafíos, como la gestión de proyectos de vida separados y la resolución de problemas de manera individual. Prepárate para enfrentar estos desafíos con paciencia y determinación.
  6. Busca apoyo profesional: Considera la posibilidad de buscar ayuda de profesionales, como psicólogos para ver si la situación es irreparable a nivel emocional, así como asesores legales, para que te expliquen paso a paso el proceso de separación y puedas tomar decisiones informadas.
  7. Toma decisiones basadas en tu propia evaluación y necesidades: No permitas que los consejos de los demás influyan demasiado en tus decisiones. Confía en tu propia evaluación de la situación y haz lo que creas que es mejor para ti y tu familia.
  8. Fomenta la cordialidad y el entendimiento: Si hay hijos menores involucrados, trata de mantener una actitud cordial y cooperativa con tu pareja para minimizar el impacto emocional en ellos y facilitar el proceso de separación.

Separarse a los 40 con hijos

Separarse a los 40 con hijos puede ser un desafío adicional que requiere cuidadosa consideración. Muchas parejas posponen la separación pensando en el bienestar de los hijos, pero vivir en un ambiente de conflictos puede ser perjudicial para ellos.

En esta situación, contar con el asesoramiento de un abogado de familia puede ser fundamental para gestionar adecuadamente todos los aspectos relacionados con los hijos.

Es importante tranquilizar a los hijos y explicarles que, a pesar de los cambios, siguen siendo una familia y que ambos padres los seguirán amando y cuidando. Es fundamental evitar utilizar a los hijos como mensajeros o hablar mal del otro progenitor delante de ellos, ya que esto puede afectar su bienestar emocional.

En caso de sentirse abrumado, es recomendable buscar ayuda profesional con un buen psicólogo. Es importante tener en cuenta que coincidir con una posible crisis de los 40 puede influir en la toma de decisiones.

Separarse a los 40 con hijos implica compatibilizar los cuidados y atenciones de los hijos con la vida profesional, los gastos y los ingresos, así como enfrentar la incertidumbre sentimental. Si los hijos son menores o todavía un bebé, es buena idea contar con una red de apoyo formada por familiares y amigos.

Es crucial prevenir el daño familiar a los menores asegurándose de establecer un convenio regulador que regule las medidas paternofiliales y evitar que los niños se vean afectados por la discordia familiar.

Por último, cabe mencionar que ante las adversidades de la separación puede surgir la duda sobre si retomar la relación. Por nuestra experiencia, es importante considerar si sería viable siendo realistas y si ambos cónyuges están dispuestos a ello.

Separarse con hijos sin estar casados

Es habitual encontrar casos de parejas con hijos en común, pero que en ningún momento han formalizado su unión. Separarse con hijos sin estar casados implica un proceso similar al del divorcio. Es decir, hay que resolver cuestiones como la guarda y custodia, las pensiones de alimentos y el régimen de visitas.

Aunque no haya un régimen económico que disolver al no estar casados, las propiedades compartidas deben someterse a extinción del condominio para su adjudicación y liquidación.

En este tipo de separación se aplica la misma legislación que para divorcios, como la Ley de Enjuiciamiento Civil. La complejidad varía según si los progenitores logran ponerse de acuerdo o si litigan en tribunales.

En caso de acuerdo mutuo, es recomendable buscar un abogado especializado en derecho de familia. Ellos se encargan de redactar el documento de medidas paternofiliales que refleje la voluntad de ambos progenitores. Este documento deberá ser aprobado por el juez, quien tiene la última palabra.

Si la separación es contenciosa, los padres no llegan a un acuerdo y el caso se presenta ante un juez. En este caso, uno de los progenitores, con su abogado, presenta una propuesta de medidas paternofiliales. Posteriormente, el juez emitirá un convenio definitivo mediante sentencia en base a las pruebas disponibles.

Jesús Odériz Echevarría

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