Los problemas habituales en las comunidades de vecinos incluye impago de cuotas, ruido y mal uso de las zonas comunes, conflictos con las derramas o por las mascotas.
La convivencia en una comunidad de vecinos puede ser un desafío cuando este tipos de problemas. Los conflictos pueden complicar la vida diaria, y además tensar las relaciones entre los residentes.
Antes de que los desacuerdos lleguen a un punto crítico, es aconsejable considerar la asistencia y orientación de un despacho de abogados especializado en asuntos de propiedad y comunidades vecinales.
Impago de cuotas comunitarias
El impago de las cuotas de la comunidad es uno de los males más frecuentes. Se puede producir por diferentes causas, pero en todos los casos acaba generando tensiones y dificultades en la administración de la comunidad.
Cuando uno o varios propietarios no cumplen con la obligación de pagar la cuota correspondiente, puede acarrear diversas consecuencias legales. Para poder cobrar e incluso evitar que la deuda prescriba, lo ideal es contar con abogados expertos en Derecho Civil.
Derramas para mantenimiento y reparaciones
El Artículo 9 de la Ley de Propiedad Horizontal establece la obligación de los propietarios de colaborar en obras esenciales de conservación para mantener una condiciones seguras y habitables.
Sin embargo, la organización y financiación de reparaciones y mantenimiento de áreas comunes como ascensores, escaleras, jardines y sistemas de seguridad a menudo son fuente de conflictos.
En relación con la eliminación de barreras arquitectónicas, como pueden ser rampas o ascensor, el Artículo 10 de la LPH indica que los propietarios deben costear estas obras, pero siempre y cuando el gasto no exceda de 12 mensualidades ordinarias de los gastos comunes, tras haber descontando las posibles subvenciones del Gobierno.
Ahora bien, en el caso de obras de mejora o de carácter meramente estético, en las cuales el propietario votó en contra, cabe la posibilidad de negarse a pagar si considera que no son necesarias o van en contra de los derechos establecidos en los estatutos.
Uso indebido de áreas comunes
Problemas relacionados con el uso incorrecto o abuso de áreas compartidas, como estacionamientos, zonas de recreación o pasillos, pueden generar desacuerdos entre los propietarios.
Por ejemplo, personas que han adquirido un garaje pero no disponen de residencia en la comunidad, sin embargo quieren hacer uso de la piscinas u otras instalaciones.
Otro ejemplo, comunidades que disponen de pistas de pádel o tenis que son utilizadas por alguno de los vecinos para dar clases particulares. Es decir, para lucrarse usando las instalaciones de la comunidad.
Problemas con las mascotas
En aquellas comunidades de vecinos donde hay presencia de perros, cabe la posibilidad de que algunos propietarios permitan que sus mascotas hagan sus necesidades o incluso dejen excrementos de manera reiterada en las zonas comunes.
Otro posible problema son los ruidos que puedan generar mascotas, como por ejemplo ladridos constantes de perros o el canto de los pájaros.
Como es natural, esta actividad va a perturbar a la comunidad de vecinos. Es importante señalar que no es necesario que estas conductas estén explícitamente prohibidas en los estatutos de la comunidad y sin duda se pueden tomar medidas para atajar el problema.
Modificación de elementos comunes
Los elementos comunes en las comunidades de propietarios incluyen: suelos, terrazas, balcones y sistemas de aire acondicionado, entre otros.
Según el Tribunal Supremo, en el caso de alteraciones en la fachada de un edificio, se requiere el consentimiento unánime de todos los propietarios.
Por ejemplo, si queremos instalar una máquina de aire acondicionado que será visible en la fachada, o si queremos realizar un cerramiento de un balcón o el cubrimiento de una terraza. En todos estos casos, se requerirá el consentimiento unánime de todos los propietarios de los pisos y locales del edificio para llevar a cabo dicha alteración.
Ruido y molestias entre vecinos
Otro gran asunto en las disputas vecinales son los ruidos que generan otros vecinos. Por ejemplo porque ponen el volumen muy alto a la televisión, la música o los videojuegos. Ocurre algo similar cuando tenemos vecinos que son músicos o están aprendiendo a tocar instrumentos.
Éstas y otras actividades molestas van a generar conflictos en el momento que se agote la paciencia. Antes de actuar de malas maneras, nuestro consejo es buscar asesoramiento legal. Es decir, explicar a un abogado el problema con los vecinos, el contexto, analizar los estatutos de la comunidad y en consecuencia valorar las opciones vía negociación o judicial.
Normas de convivencia
Las diferencias en la interpretación y el cumplimiento de las normas de convivencia, como las reglas sobre mascotas, actividades permitidas en áreas comunes y horarios de uso de ciertas instalaciones, pueden causar conflictos.
Algunas comunidades a la hora de establecer normas, caen en el error de ser flexibles o dejar al buen criterio de los vecinos el uso de zonas comunes, sin embargo no todas las personas tienen el mismo «sentido común» ni civismo.
Cada uno es de su padre y de su madre, es decir a recibido una educación diferente y mira por sus intereses. Esto da lugar a conflictos por uso de instalaciones en formas y horarios que no estaban previstos, causando incomodidades o enfados en la comunidad de vecinos.
Mala conducta de algunos propietarios o inquilinos
Problemas relacionados con la mala conducta de ciertos propietarios o inquilinos, como el incumplimiento de normas de convivencia, pueden llevar a situaciones difíciles de gestionar para la comunidad.
Este problema ha existido siempre, pero con el incremento de viviendas dedicadas a alquileres vacacionales, surge con mayor frecuencia el malestar por los problemas que ocasionan los inquilinos de estos propietarios.
Abogados en Marbella expertos en comunidades de vecinos
Abordar estos problemas de manera proactiva y a través de una comunicación clara y efectiva entre los propietarios puede contribuir a mantener un ambiente armonioso en la comunidad de propietarios.
