Isabel siempre soñó con tener su propia tienda de repostería en Málaga, y después de años de trabajar en el sector, finalmente decidió hacer realidad su sueño. Al principio, las cosas parecían ir bien: sus productos eran deliciosos y su tienda estaba bien ubicada.
Sin embargo, después de unos meses, la competencia aumentó e Isabel comenzó a tener problemas financieros. A pesar de sus esfuerzos por reducir costes y aumentar las ventas, no pudo pagar a sus proveedores y sus deudas comenzaron a acumularse.
Desesperada, Isabel buscó un buen abogado en Málaga que le ayudara y descubrió que en España tenemos la Ley de Segunda Oportunidad. Gracias a este procedimiento consiguió reducir sus deudas y sus pagos mensuales eran más manejables, lo que le permitió corregir el rumbo de su negocio.
La historia de Isabel es la de muchos autónomos y emprendedores que en algún momento ven que las cosas se tuercen y necesitan ayuda antes de que el barco se hunda.
¿Qué es la Ley de Segunda Oportunidad?
La Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo legal para particulares y autónomos en situación de insolvencia que les permite renegociar o cancelar sus deudas total o parcialmente, para comenzar de nuevo.
Este procedimiento tiene como objetivo ayudar a las personas a superar una situación de insolvencia sin descuidar los derechos de los acreedores. La Ley cumple una triple función: social, de efectividad de cobro y economía procesal.
Como veremos a continuación, existen una serie de requisitos para poder acogerse a la segunda oportunidad. En caso de cumplirlos, el deudor podrá evitar el principio de responsabilidad patrimonial universal recogido en el artículo 1911 del Código Civil:
Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y futuros.
Artículo 1911 del Código Civil
¿Quién puede acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad?
La Ley de Segunda Oportunidad es una herramienta legal a la que pueden acogerse personas físicas, particulares, autónomos y empresarios que sean insolventes y no puedan pagar sus deudas.
Es necesario tener deudas con al menos dos acreedores diferentes, los cuales pueden ser entidades financieras, proveedores, Hacienda o Seguridad Social, entre otros.
La Ley de Segunda Oportunidad aplica para personas físicas residentes en España, así como para deudores extranjeros que tengan su residencia legalizada en España o al menos tengan en España el centro de sus intereses principales. Es importante destacar que el procedimiento se tramitará en el juzgado correspondiente al domicilio de empadronamiento del deudor.
En cuanto a las empresas, la Ley de Segunda Oportunidad no es aplicable, y en su lugar, existe el concurso de acreedores. En este caso, se trata de un procedimiento que se inicia cuando la empresa no puede hacer frente a sus deudas y permite la liquidación de la empresa para pagar a los acreedores, o bien, una reorganización para mantener la actividad de la empresa y satisfacer a los acreedores. Es decir, la Ley de Segunda Oportunidad es una opción para personas físicas insolventes. En cambio las empresas tienen otras herramientas legales para solucionar sus problemas de deuda.
Requisitos para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad
Los requisitos establecidos en la Ley de Segunda Oportunidad tienen como objetivo garantizar que solo aquellos deudores que son verdaderamente insolventes y que han actuado de buena fe tengan acceso a esta medida.
La Ley de Segunda Oportunidad tiene los siguientes requisitos para ser aplicada:
- Insolvencia del deudor: el deudor debe demostrar insolvencia y no tener patrimonio suficiente para hacer frente a sus deudas, sin ser una situación de simple sobreendeudamiento.
- Buena fe del deudor: el deudor debe ser de buena fe para acceder a la exoneración, lo que significa que no debe haber sido declarado culpable en un concurso de un tercero, ni haber sido condenado por delitos económicos o patrimoniales contra instituciones públicas en los últimos diez años.
- Acuerdo extrajudicial de pagos: ya no es necesario que el deudor haya intentado previamente un acuerdo extrajudicial de pagos sin éxito.
- Oferta de empleo: se elimina el requisito de que el deudor no haya rechazado una oferta de empleo en los cuatro años anteriores a la declaración de concurso.
- Plazo mínimo para la exoneración: se reduce el plazo mínimo de diez a cinco años que debía mediar entre una solicitud de exoneración y la exoneración anteriormente concedida al mismo deudor. Para los casos que se obtenga una exoneración mediante plan de pagos, el plazo será de dos años.
¿Cómo funciona la Ley de Segunda Oportunidad?
La Ley de Segunda Oportunidad es un recurso que permite a los deudores insolventes cancelar todas sus deudas y obtener una exoneración del pasivo insatisfecho, siempre que cumplan ciertos requisitos.
Ahora ya no es necesario invertir todo el patrimonio en pagar las deudas. Se puede realizar un plan de pagos y conservar la vivienda habitual y activos empresariales. Tampoco se exige intentar un acuerdo extrajudicial de pagos previo.
El proceso de segunda oportunidad comienza con una solicitud al Juzgado Mercantil. Allí el deudor elige entre la exoneración con liquidación de activo o sin liquidación pero con plan de pagos. Con la opción de plan de pagos, el deudor cancela una parte de sus deudas y paga el resto en un plazo de 3 o 5 años. Esto le permite proteger su vivienda familiar y activos empresariales. Con la opción de liquidación, el deudor cancela todas sus deudas a cambio de sacrificar todo su patrimonio. En ambos casos, se solicita la cancelación de las deudas y se obtiene la exoneración del pasivo insatisfecho.
¿Cuánto dura el procedimiento de la Ley de Segunda Oportunidad?
La duración del procedimiento de la Ley de Segunda Oportunidad varía en cada caso. Pero en general puede durar desde unos pocos meses hasta 18 meses como máximo.
Durante este tiempo, el deudor está protegido y no pueden seguir reclamándole sus deudas ni embargar sus bienes.
La documentación y la solicitud del proceso no deberían tardar más de un mes. A diferencia de antes, el procedimiento pasa directamente al Juzgado Mercantil sin la intervención de la Notaría, el Registro Mercantil o la Cámara de Comercio.
La duración del proceso dependerá de la saturación de cada juzgado, la complejidad de cada caso y el número de bienes a liquidar. Si el deudor opta por un plan de pagos, la duración del plan será de tres años por norma general.
¿Qué pasa después de la Ley de Segunda Oportunidad?
Una vez iniciado el procedimiento uno desea ver la luz al final del túnel, ver el final y poder continuar con su vida. Te vamos a resumir lo que sucede tras la Ley de Segunda Oportunidad:
- Cancelación de deudas: La Ley de la Segunda Oportunidad permite a las personas cancelar la totalidad de sus deudas sin tener que liquidar todo su patrimonio.
- Posibilidad de revocar la cancelación durante cinco años: Las deudas desaparecen al obtenerse la cancelación, pero el juzgado podría revisar el caso durante tres años si sospecha que el deudor no ha obrado de buena fe o ha recibido ingresos imprevistos no comunicados.
- Salida de ficheros de morosidad: Al confirmar la cancelación de deudas, se produce la salida inmediata del deudor de listas de morosidad e informes de riesgos financieros, y los juzgados exigen la eliminación de los datos de los registros de insolvencia y morosidad de forma automática.
- Solicitud de préstamos y productos financieros: Tras conseguir la exoneración de las deudas, el antes deudor podrá solicitar tarjetas bancarias, préstamos o créditos con mayor facilidad, pues la segunda oportunidad restaura su reputación.
Ventajas de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad
Esta Ley tiene múltiples beneficios, a continuación tienes un listado de las principales ventajas:
- Cancelación de deudas: La reforma concursal permite cancelar total o parcialmente las deudas, incluyendo créditos concursales y contra la masa, para empezar de nuevo.
- Suspensión de pago de deudas: Una vez iniciado el proceso, los acreedores no pueden exigir el pago de las deudas.
- Paralización de intereses y recargos: La paralización del pago de las deudas implica también la paralización de los intereses y recargos devengados.
- Interrupción de embargos y ejecuciones: Los procedimientos judiciales quedan suspendidos.
- Mantenimiento de bienes y vivienda: Si el deudor se compromete a un plan de pagos a tres años y con reducción de las deudas, no es necesario liquidar los bienes ni la vivienda habitual.
- Cancelación de deudas con Hacienda y Seguridad Social: Posibilidad de exonerar hasta 10.000 euros de las deudas con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, y establecer un plan de pagos para las cantidades restantes.
- Salida de ficheros de morosos: La exoneración de deudas implica el borrado de los datos del deudor de los ficheros de morosos y los informes de riesgos financieros.
Desventajas de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad
Si bien se trata de un procedimiento que puede ser de gran ayuda, también es conveniente conocer las desventajas o consecuencias de acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad:
- Existen deudas no cancelables: Hay deudas que no pueden ser canceladas, como los salarios de los trabajadores, la pensión de alimentos de los hijos o la deuda pública por encima de los 10.000 euros de Hacienda y otros 10.000 euros de la Seguridad Social.
- La Segunda Oportunidad se puede revocar: El juzgado podría revisar el caso a petición de uno de los acreedores y revocarlo si se ha actuado de mala fe, ocultando bienes o ingresos, o si hay un cambio sustancial en la situación económica del deudor.
- Se podrían suspender las facultades para administrar el patrimonio: En el procedimiento de segunda oportunidad, es posible que se acuerde una limitación temporal del deudor para disponer de su patrimonio.
- El pago de las deudas de créditos privilegiados continúa: Las deudas de créditos privilegiados, como la pensión de alimentos, los préstamos con garantía hipotecaria, parte de las deudas con administraciones públicas y los créditos contra la masa, no son exonerables.
- Es posible que se liquiden los bienes del deudor: Aunque ya no son exigibles ni el acuerdo extrajudicial de pagos ni la liquidación del patrimonio del deudor, este puede optar, una vez iniciado el proceso de segunda oportunidad, por la liquidación de parte de sus bienes o derechos para cancelar sus deudas.
- Es posible comprometerse a un plan de pagos de tres o cinco años: Si se opta por el plan de pagos para no tener que liquidar el patrimonio, el deudor deberá comprometerse a destinar durante tres o cinco años sus rentas e ingresos futuros a la satisfacción de sus deudas pendientes.
- Los datos del deudor van al Registro Público Concursal: Estos aparecerán en el Registro Público Concursal junto con el Auto del plan de pagos o del concurso según el caso, y cualquiera podrá consultarlo.
Novedades de Ley de Segunda Oportunidad
La Ley de la Segunda Oportunidad fue modificada por la Ley 16/2022. Estas nuevas medidas suponen una mejora significativa en el marco legal de la Segunda Oportunidad en España. La Ley anterior estaba plagada de obstáculos y era muy difícil para los autónomos y pequeñas empresas poder acceder a la exoneración de sus deudas.
En resumen, estos son los aspectos más relevantes:
- Si alguien debe mucho dinero y no puede pagar, ahora puede exonerar todas sus deudas (excepto algunas que siempre hay que pagar) si ha actuado de buena fe.
- Para conseguirlo, no hace falta que antes haya intentado un acuerdo de pagos con los bancos, como antes.
- El proceso para conseguir esta exoneración es más fácil y más barato, y tarda menos tiempo.
- Si el deudor tiene una casa, puede conservarla si paga una parte de la deuda y hace un plan de pagos durante un máximo de cinco años.
- Si tiene deudas con Hacienda y la Seguridad Social, puede exonerar una parte (hasta 10.000 euros cada una) y pagar el resto en un plan.
- Cuando se consigue la exoneración, los bancos tienen que borrar los datos del deudor de sus ficheros de morosos.
Como ves, con la nueva Ley de Segunda Oportunidad el proceso es más sencillo y rápido. Se ha eliminado la necesidad de tener que negociar con los acreedores o tener que acudir a un mediador concursal. También se ha aumentado la protección del patrimonio del deudor, lo que permite a los autónomos mantener su vivienda habitual en determinadas circunstancias.
Por lo tanto, desde el punto de vista de un autónomo, estas medidas son muy positivas, ya que facilitan la posibilidad de acceder a la Segunda Oportunidad y exonerar las deudas de forma más sencilla y eficiente.