En situaciones de separación o divorcio conflictivo, algunos padres se ven falsamente acusados de abusos sexuales contra sus hijas menores. Es un tema extremadamente delicado: ciertos comportamientos cotidianos que en la madre se consideran normales (como bañar o dormir con sus hijas pequeñas) pueden ser malinterpretados o utilizados maliciosamente contra el padre en medio de la disputa por la custodia.
Estas denuncias instrumentales suelen surgir en contextos de alta conflictividad, buscando perjudicar al otro progenitor o obtener ventajas en la custodia exclusiva de los hijos. Por desgracia, ante la más mínima sospecha de abuso las autoridades aplican medidas de protección inmediatas para el menor –una medida comprensible para prevenir daños–, pero que puede dejar al padre injustamente apartado y sin oportunidad inicial de demostrar su inocencia.
En España, estudios forenses sugieren que más del 60% de las acusaciones de abuso sexual infantil en procesos de separación resultan ser falsas o infundadas. Esto refleja un preocupante uso indebido de este tipo de denuncias por parte de algunos progenitores.
Estas acusaciones falsas no solo afectan la vida del padre inocente, sino que también perjudican a los menores involucrados. Por ejemplo los expone a exámenes médicos/psicológicos innecesarios y conflictos de lealtades.
Consecuencias devastadoras para el padre falsamente acusado
Enfrentar una acusación falsa de abuso sexual infantil conlleva consecuencias devastadoras en múltiples ámbitos de la vida de un padre:
- Consecuencias legales inmediatas: Por protocolo, se suelen imponer medidas cautelares estrictas. El padre puede ser apartado de sus hijos de forma preventiva, imponiéndose órdenes de alejamiento, suspensión del régimen de visitas e incluso detención preventiva en casos extremos.
- Impacto en la vida personal y profesional: La mera acusación de “abusador” genera un estigma social difícil de borrar. Muchos padres ven dañada su reputación en su entorno familiar y laboral. Aunque resulte absuelto al final, el padre habrá pasado por un calvario judicial que afecta su salud mental, relaciones personales y situación económica.
- Daño en la relación con sus hijos: Durante la investigación y el proceso, el padre puede pasar meses o años sin contacto con sus hijos, lo cual deteriora el vínculo paterno-filial. Incluso tras la absolución, recuperar la confianza y la normalidad con los menores puede ser muy difícil, especialmente si han sido influidos por la otra parte para temerle o rechazarle.
- Riesgo de error judicial: En el peor escenario, si la falsa acusación prospera y el padre es condenado injustamente, las consecuencias son catastróficas. Puede sufrir pena de cárcel, registro de agresor sexual, destrucción total de su vida familiar y profesional, y un trauma para todos.
Aunque muchos casos terminan en absolución por falta de pruebas o evidencias de la falsedad, el temor a un error judicial es una losa que pesa durante todo el proceso.
Casos reales de denuncias falsas de abuso sexual infantil
Para comprender la realidad de este problema, veamos algunos casos reales y mediáticos en los que se demostraron falsas las acusaciones:
Caso en Granada en 2022
En Granada, una madre denunció hasta ocho veces a su exesposo por supuestos abusos sexuales (incluso una violación) contra la hija de ambos, durante el proceso de divorcio. La niña fue sometida a diez exploraciones ginecológicas y evaluaciones psicológicas, sin que ninguna arrojara evidencia de abuso.
Las investigaciones concluyeron que la mujer había fabricado las acusaciones para conseguir la custodia exclusiva, instrumentalizando la sensibilidad del sistema hacia estos delitos. El padre resultó absuelto de toda sospecha, pero el daño ya estaba hecho. Perdió años de convivencia con su hija, sufrió enorme estrés y deterioro en su vida profesional y personal.
Finalmente, la justicia actuó contra la acusadora: esta madre fue condenada a 5 años de prisión por denuncia falsa continuada, otros delitos asociados y se le retiró la patria potestad de la niña durante 10 años. También tuvo que indemnizar con 40.000 euros tanto al padre como a la menor por el daño causado.
Caso en Córdoba en 2024
Otro ejemplo ilustrativo es el de un padre de Córdoba, acusado por su exmujer de abusar sexualmente de sus dos hijos (un niño de 7-10 años y una niña de 4-6 años) durante las rutinas de aseo. Tras la separación, la madre afirmó que el padre aprovechaba el baño para realizar tocamientos libidinosos e incluso obligar a la niña a ciertos actos inapropiados.
Sin embargo, la investigación judicial no halló pruebas suficientes y detectó serias dudas sobre la veracidad de los testimonios. De hecho, quedó constatado que el padre simplemente aseaba y duchaba a los menores a diario, a veces duchándose con ellos. Acciones que había ocurrido con conocimiento y consentimiento de la madre cuando convivían.
La Audiencia Provincial absolvió al padre por falta de pruebas contundentes y el Tribunal Superior de Justicia ratificó la absolución en 2024, señalando que el relato de la menor no resultaba creíble ni verosímil, aparentando ser aprendido o preparado.
Operación «Infancia Libre» en 2019
En España trascendió mediáticamente la trama de la asociación Infancia Libre, compuesta por varias madres que, según la investigación policial, se coordinaban para interponer denuncias falsas de abusos sexuales contra sus exmaridos con el fin de arrebatarles la custodia o el régimen de visitas.
Cuando los tribunales no les daban la razón por falta de pruebas, estas mujeres llegaban al extremo de desaparecer con sus hijos. Incumplieron sistemáticamente las resoluciones judiciales de custodia y mantenian a los niños ocultos de sus padres.
Hubo varios arrestos de integrantes de este grupo en 2019 por delitos como sustracción de menores. Este operativo reveló un modus operandi organizado y despertó alarma social sobre el uso fraudulento de las denuncias de abuso en disputas de custodia. El caso también evidenció la necesidad de proteger a los menores tanto de potenciales abusos como de manipulaciones y separaciones prolongadas basadas en acusaciones infundadas.
Consecuencias legales para quien interpone una denuncia falsa
Cabe recordar que en España interponer una denuncia falsa es delito (tipificado en el artículo 456 del Código Penal). Si se demuestra que alguien acusó a sabiendas de la falsedad, puede enfrentar penas de multa e incluso prisión.
Sin embargo, es poco frecuente que estos casos lleguen a condenas firmes contra el denunciante, porque es complejo probar la intención maliciosa de la denuncia falsa. Sobre todo cuando el proceso original terminó simplemente en absolución por falta de pruebas, sin una comprobación clara de la fabricación de los hechos.
Con todo, se han dado sentencias ejemplares cuando la falsedad resulta evidente. El caso de Granada citado es un ejemplo contundente: la madre fue condenada penalmente a cárcel y pérdida de la custodia. Además de la pena privativa de libertad, los jueces pueden imponer la retirada de la patria potestad o custodias, órdenes de alejamiento y la obligación de indemnizar al afectado y a los hijos por los daños morales y psicológicos causados.
Cómo actuar y dónde encontrar apoyo si eres víctima de una acusación falsa
Para un padre inocente, verse acusado de algo tan atroz como abusar de su propia hija es una experiencia aterradora y paralizante. ¿Qué hacer ante una situación así? Estas son algunas recomendaciones generales:
- Buscar asistencia legal inmediata: Contacta con un abogado penalista especializado en este tipo de casos. Una defensa técnica sólida desde el inicio es crucial para recopilar pruebas de descargo, articular la versión de los hechos y asegurarse de que se respeten los derechos del acusado durante la investigación.
- Recopilar evidencias y testimonios: Es útil reunir cualquier prueba que refute la acusación o motive sospechas sobre la credibilidad de la misma. Por ejemplo, testimonios de personas cercanas, informes previos, mensajes, correos u otros indicios de que la denuncia pudiera estar motivada por venganza o estrategia legal.
- Mantener la calma y cooperar con la investigación: Aunque emocionalmente es devastador, el padre acusado debe colaborar abiertamente con las autoridades. Hay que mostrar disposición para aclarar los hechos; por ejemplo, aceptando someterse a peritajes psicológicos o pruebas biológicas. Es fundamental no tomar justicia por su mano ni incumplir órdenes de alejamiento por desesperación, pues eso solo empeoraría su situación legal.
- Cuidar la salud emocional y el apoyo familiar: Pasar por este trance supone un altísimo nivel de estrés, ansiedad, depresión y sentimientos de impotencia. Es recomendable que el padre busque apoyo en familiares y amigos así como psicológico por parte de un profesional para sobrellevar la carga emocional.
Abogados expertos en denuncias falsas
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