Comunicarte con tu expareja puede ser un reto, especialmente si hay hijos en común. Mantener una relación cordial y efectiva no solo es fundamental para el bienestar de los niños, sino que también ayuda a evitar conflictos innecesarios.
En base a nuestra experiencia como abogados de familia, aquí te damos siete consejos prácticos para mejorar la comunicación con tu expareja después de la separación.
Establece canales de comunicación claros
Definir los canales de comunicación desde el principio es fundamental. Después de una ruptura, es común que las emociones estén a flor de piel, lo que puede llevar a malentendidos y reacciones impulsivas. Para evitar esto, acuerda con tu expareja los medios por los cuales os vais a comunicar. Las llamadas telefónicas pueden no ser la mejor opción, ya que pueden ocurrir en momentos inoportunos o en medio de emociones intensas.
Optar por mensajes de texto, correos electrónicos o aplicaciones de coparentalidad puede ser una excelente alternativa. Estas aplicaciones no solo facilitan la organización, sino que también registran las conversaciones, lo cual puede ser útil en caso de desacuerdos. Establecer estos canales desde el inicio ayuda a crear un entorno de comunicación más formal y respetuoso.
Mantén la comunicación centrada en los hijos y en asuntos específicos
Uno de los mayores errores en la comunicación post-divorcio es tratar temas personales o revivir conflictos pasados. Para evitar discusiones innecesarias, céntrate exclusivamente en los temas importantes y relacionados con los hijos o los acuerdos legales pendientes. Esta regla es especialmente relevante si ya no existe una relación personal entre vosotros.
Limitar la comunicación a asuntos específicos como el bienestar de los niños, la logística de las visitas o temas financieros ayuda a evitar tensiones innecesarias. Además, mantener el enfoque en temas relevantes facilita una relación parental más saludable y menos conflictiva, lo cual beneficia enormemente a los hijos.
Establece límites y horarios para la comunicación
Es importante establecer límites de tiempo y horarios para las comunicaciones. La falta de límites puede generar tensiones y dar pie a malentendidos. Acuerda con tu expareja los momentos específicos en los que trataréis temas importantes para evitar interrupciones en momentos inoportunos.
Por ejemplo, puedes acordar un horario semanal para discutir asuntos de los niños. Este enfoque organizado reduce el riesgo de conflictos y permite que cada uno de vosotros pueda planificar mejor el tiempo dedicado a estos asuntos. Además, tener un horario fijo evita que las conversaciones surjan de manera impulsiva y sin preparación, lo cual puede llevar a malentendidos o reacciones emocionales intensas.
Utiliza un tono respetuoso y profesional
Mantener un tono respetuoso y profesional en todas las interacciones es clave para una comunicación efectiva. Aunque la relación de pareja haya terminado, si tenéis hijos en común, todavía existe una relación parental que mantener. Evita usar un tono agresivo o sarcástico en los mensajes. La comunicación debe ser calmada y reflexiva, sin importar cuán difícil sea el tema a tratar.
Tomarte un momento para respirar y pensar antes de responder puede marcar la diferencia en cómo se desarrolla la conversación. Si ambos mantenéis un tono respetuoso, las posibilidades de que la comunicación fluya sin problemas aumentan. La cortesía y el respeto mutuo son esenciales para construir una relación parental positiva y estable.
Considera la mediación o la asistencia legal si la comunicación es difícil
Si las tensiones son tan altas que no podéis comunicaros de manera efectiva, no dudes en considerar la mediación o la intervención de un abogado. La mediación puede ser una herramienta muy útil en estos casos, ya que permite contar con un tercero neutral que facilite el diálogo y ayude a encontrar soluciones.
En situaciones especialmente conflictivas, los abogados también pueden intervenir para mediar en las comunicaciones y asegurarse de que ambas partes cumplen con los acuerdos establecidos. La intervención de un profesional no solo puede facilitar la comunicación, sino que también ayuda a evitar problemas legales en el futuro.
Evita la comunicación a través de los hijos
Nunca pongas a los hijos en medio de la comunicación entre tú y tu expareja. Usar a los niños como intermediarios puede generarles estrés o ansiedad y afectar negativamente su bienestar emocional. Además, este tipo de práctica puede deteriorar la relación que tienen con ambos progenitores, ya que se ven atrapados en el conflicto.
Siempre que necesites transmitir un mensaje a tu expareja, hazlo directamente y no a través de los hijos. Esto no solo evita que los niños se sientan responsables de la situación, sino que también ayuda a construir una relación más sana y estable entre los progenitores. Proteger a los niños de los conflictos de los adultos es crucial para su desarrollo emocional.
Documenta las comunicaciones importantes
Llevar un registro de las comunicaciones importantes puede ser de gran ayuda en situaciones más formales o delicadas, como decisiones sobre la custodia, el régimen de visitas o los gastos extraordinarios. Documentar las interacciones proporciona una base clara en caso de malentendidos o disputas legales en el futuro.
La documentación no solo es una medida preventiva, sino que también permite organizar mejor la información y facilita las cosas al comunicarte con tu expareja. Contar con un historial de mensajes y acuerdos escritos es una práctica muy útil, especialmente si en algún momento necesitas demostrar la evolución de los acuerdos o la coherencia de tus acciones.
Si buscas un abogado de familia experimentado o necesitas asesoramiento legal, contacta con nosotros hoy mismo.