Vivir juntos con orden de alejamiento, implicaciones y soluciones legales

Vivir juntos con orden de alejamiento

Cuando una pareja se plantear volver a vivir juntos con orden de alejamiento, surgen muchas dudas sobre qué implica realmente esta decisión y si es posible seguir conviviendo. Estas situaciones pueden presentarse en distintos contextos, como disputas familiares, conflictos de pareja o procedimientos penales derivados de denuncias previas.

Algunas parejas desean reconciliarse y volver a convivir, pero desconocen los pasos legales para hacerlo, mientras que otras pueden no comprender las graves consecuencias de incumplir una orden judicial. En este artículo, aclaramos qué significa tener una orden de alejamiento, los riesgos de incumplirla y qué opciones existen para actuar dentro del marco legal.

¿Qué es una orden de alejamiento y por qué se impone?

Una orden de alejamiento es una medida judicial que impide a una persona acercarse o comunicarse con otra. Se impone en casos donde se considera que una de las partes puede representar un riesgo para la otra, como en situaciones de violencia de género o amenazas.

El juez puede dictar esta medida para proteger la integridad física y psicológica de la víctima. Se impone tanto en procedimientos penales como en procesos civiles, en función de la gravedad del caso. El incumplimiento de esta medida puede conllevar sanciones graves, incluyendo penas de prisión.

Existen distintos tipos de órdenes de alejamiento. Algunas prohíben acercarse a la víctima, mientras que otras pueden incluir la prohibición de contacto por cualquier medio, incluso a través de terceros. En cualquier caso, estas órdenes buscan garantizar la seguridad de la persona protegida.

¿Es posible convivir con una orden de alejamiento vigente?

Desde un punto de vista legal, volver a vivir juntos cuando existe una orden de alejamiento es una violación de la misma. Aunque la víctima y el denunciado estén de acuerdo en retomar la convivencia, la medida sigue en vigor hasta que un juez la revoque.

Las parejas que desean convivir nuevamente deben solicitar la cancelación de la orden ante el juzgado que la dictó. Hasta que esto ocurra, cualquier convivencia representa un delito de quebrantamiento de condena, que puede acarrear consecuencias legales importantes para la persona con la prohibición.

Si una pareja intenta convivir sin haber solicitado la anulación de la orden, pueden enfrentarse a problemas judiciales. Incluso si la víctima permite la convivencia, esto no elimina la validez de la medida. Es fundamental actuar dentro del marco legal para evitar sanciones.

Consecuencias legales del incumplimiento de la orden de alejamiento

Como hemos comentado, el incumplimiento de una orden de alejamiento es considerado un delito de quebrantamiento de condena, tipificado en el Código Penal. Esto implica sanciones que pueden incluir multas, penas de prisión y la ampliación de la prohibición inicial.

Si una persona incumple esta medida de manera voluntaria, puede ser castigada con hasta un año de prisión. En caso de reincidencia, la pena puede aumentar. Además, si el quebrantamiento ocurre en un contexto de violencia de género, las consecuencias pueden ser más severas.

Las autoridades pueden actuar de oficio al detectar el incumplimiento de la orden. No es necesario que la víctima presente una denuncia para que el responsable sea procesado. Cualquier prueba de que se ha quebrantado la orden puede derivar en acciones judiciales inmediatas.

¿Cómo vigilan una orden de alejamiento?

Las autoridades utilizan diferentes métodos para asegurar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento. La policía y otros organismos de seguridad llevan a cabo controles periódicos, entrevistas con la víctima y seguimiento de los movimientos del denunciado.

Uno de los mecanismos más utilizados es el uso de dispositivos electrónicos de localización, como pulseras telemáticas. Estos dispositivos alertan a las autoridades si la persona con la orden se acerca a la víctima más allá de la distancia permitida. Este sistema ha demostrado ser una herramienta efectiva para prevenir el incumplimiento de las órdenes de alejamiento.

Además, las víctimas pueden denunciar cualquier infracción de la medida en cuanto suceda. La policía suele dar prioridad a estas denuncias, y cualquier incidente puede derivar en nuevas sanciones para el infractor. Es importante que tanto la persona protegida como el acusado sean plenamente conscientes de la importancia de respetar esta medida.

¿Cómo solicitar la eliminación de una orden de alejamiento?

Para solicitar la eliminación de una orden de alejamiento, es necesario distinguir si esta fue impuesta como medida cautelar durante un proceso judicial o como parte de una sentencia firme. Si se trata de una medida cautelar, se puede solicitar su revisión en cualquier momento si han cambiado las circunstancias que llevaron a su imposición. En el caso de una sentencia firme, el procedimiento suele ser más complejo y requiere demostrar que la orden ya no es necesaria.

El proceso inicia con la presentación de una solicitud formal ante el juzgado que impuso la orden. La víctima puede manifestar su deseo de revocación, pero esto por sí solo no garantiza su eliminación. El juez evaluará si el riesgo que motivó la medida ha desaparecido, para lo cual puede requerir informes psicológicos, sociales o pruebas adicionales.

Es fundamental contar con asesoramiento legal especializado para argumentar de manera efectiva la solicitud de revocación y evitar posibles complicaciones legales. Mientras la orden siga en vigor, debe ser respetada estrictamente para evitar sanciones por su incumplimiento.

Recomendaciones legales para evitar problemas

Antes de dar el paso de volver a vivir juntos con orden de alejamiento vigente, es conveniente buscar asesoramiento legal. No respetar esta medida puede acarrear problemas graves que compliquen la situación de ambas partes.

Como abogados expertos en Derecho Penal te podemos asesorar para presentar la solicitud de revocación. Nosotros os podemos guiar en el proceso y ayudar a argumentar que la medida ya no es necesaria. También podemos asistir en la recopilación de pruebas que demuestren que no existe riesgo para la víctima.

En cualquier caso, debemos insistir, que mientras la orden siga vigente, es crucial evitar cualquier tipo de contacto prohibido. No solo el contacto físico puede considerarse una infracción, sino también las comunicaciones por mensajes o redes sociales. Cualquier incumplimiento puede derivar en un nuevo procedimiento penal.

Si necesitas asesoramiento sobre cómo actuar en una situación de este tipo, en nuestro despacho, contamos con la experiencia necesaria para acompañarte en este proceso y asegurar que se respeten tus derechos y los de tu pareja.

Jesús Odériz Echevarría

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