El delito de asesinato es una de las figuras más graves del Derecho Penal español. Requiere intención, crueldad o un interés específico, y conlleva penas muy severas. Diferenciarlo del homicidio es clave para entender la respuesta de la ley.
Detrás de cada caso hay víctimas, familias y acusados que necesitan orientación jurídica. Por eso, nuestra labor como abogados penalistas es esencial para garantizar un juicio justo, defender los derechos de todos y asegurar que se haga justicia de acuerdo con la ley.
Diferencias entre los delitos de homicidio y asesinato
Muchas personas confunden los términos homicidio y asesinato. Ambos delitos implican la muerte de una persona, pero el asesinato se considera una forma más grave de homicidio. La diferencia radica en la intención y las circunstancias en que ocurre la muerte.
Aunque ambos implican quitar la vida a otra persona, existen diferencias importantes:
- Intención: el asesinato siempre es intencional; el homicidio puede ser intencionado o por imprudencia.
- Circunstancias: el asesinato requiere alevosía, precio, ensañamiento o encubrimiento de otro delito. El homicidio no.
- Penas: el homicidio simple conlleva de 10 a 15 años de cárcel; el asesinato, de 15 a 25 años o incluso prisión permanente revisable.
Estas diferencias explican por qué no todo homicidio es asesinato. La ley castiga más severamente los casos donde hay frialdad, crueldad o interés económico detrás de la muerte.
Por tanto, ¿qué se considera asesinato?
El asesinato está regulado en el artículo 139 del Código Penal. Se produce cuando una persona mata a otra concurriendo alguna de las siguientes circunstancias:
- Alevosía: ocurre cuando el autor asegura el resultado y elimina las posibilidades de defensa de la víctima. Por ejemplo, cuando ataca por sorpresa o mientras la víctima duerme, sin darle oportunidad de reaccionar.
- Por precio, recompensa o promesa: sucede cuando el asesino actúa motivado por una compensación económica o beneficio personal. Por ejemplo, un sicario que comete un crimen a cambio de dinero o un favor.
- Ensañamiento: se da cuando el autor aumenta deliberadamente el sufrimiento de la víctima. Un ejemplo sería causar múltiples heridas o torturar antes de la muerte, mostrando una crueldad extrema.
- Para ocultar o facilitar otro delito: esta circunstancia se da cuando se mata para impedir ser descubierto o para cometer otro crimen. Por ejemplo, eliminar a un testigo para evitar que declare o matar a un vigilante para poder robar.
En cambio, si ninguna de estas circunstancias está presente, el delito se considera homicidio. Es decir, toda muerte intencionada no agravada es homicidio, mientras que el asesinato requiere un componente de especial crueldad o planificación.
Tipos y penas del delito de asesinato
El Código Penal establece distintas penas según la gravedad del caso:
- Asesinato básico: Cuando concurre solo una de las circunstancias anteriores. La pena es de 15 a 25 años de prisión.
- Asesinato agravado: Si se dan dos o más circunstancias (por ejemplo, alevosía y ensañamiento), la pena se aplica en su mitad superior: 20 a 25 años de prisión.
- Asesinato con prisión permanente revisable: En los casos más graves, el artículo 140 del Código Penal prevé prisión permanente revisable. Esta es la pena más grave que contempla la ley española. Aunque puede revisarse con el tiempo, implica décadas de cumplimiento efectivo. Se aplica cuando:
- La víctima es menor de 16 años o especialmente vulnerable.
- El asesinato sigue a un delito contra la libertad sexual.
- El autor pertenece a una organización criminal.
- Hay múltiples víctimas o reincidencia en delitos similares.
Además de la pena de prisión principal, en algunos casos el Código Penal prevé penas accesorias. Por ejemplo, el artículo 140 bis del Código Penal faculta a imponer libertad vigilada tras la prisión a condenados por asesinato u homicidio, especialmente si son reincidentes. También obliga a imponer la privación de la patria potestad si el asesino tiene hijos en común con la víctima (o si la víctima es su propio hijo). Son medidas complementarias pensadas para la protección de los menores y para el seguimiento de delincuentes particularmente peligrosos una vez salen de prisión.
En síntesis, las penas por asesinato van desde 15 años de cárcel hasta la prisión permanente revisable en los casos extremos. La presencia de más circunstancias agravantes o de factores especiales eleva la respuesta penal.
Investigación de un delito de asesinato
Los casos de asesinato requieren investigaciones complejas dirigidas por la Policía Judicial y un juez de instrucción. La investigación comienza con la inspección ocular del lugar de los hechos y la recogida de pruebas por parte de la Policía Científica.
Los médicos forenses determinan la causa de la muerte mediante la autopsia. Se analizan armas, huellas, ADN, grabaciones y comunicaciones. También se interroga a testigos y allegados de la víctima.
Los investigadores también recaban testimonios y antecedentes. Se toma declaración a posibles testigos presenciales, vecinos, familiares o cualquier persona relacionada que pueda aportar información sobre la víctima y sus circunstancias (por ejemplo, si tenía amenazas previas, conflictos personales, etc.).
Actualmente, se hace un amplio uso de la tecnología: análisis de las comunicaciones de la víctima (llamadas, mensajes), geolocalización de teléfonos, revisión de sus redes sociales, y cualquier otra pista digital que pueda orientar sobre móviles o sospechosos.
Con todas estas diligencias, la policía formula hipótesis de lo ocurrido e identifica a posibles sospechosos. Si se reúne indicios suficientes contra alguien, el juez puede ordenar su detención. En casos complejos, la investigación puede prolongarse durante meses o años hasta obtener pruebas sólidas. A veces se emplean técnicas especiales como vigilancia encubierta, intervención de comunicaciones (con autorización judicial) o colaboraciones internacionales si el sospechoso ha huido fuera de España.
El procedimiento judicial en los delitos de asesinato
Cuando la investigación policial y judicial ha reunido suficientes indicios de quién es el responsable de un asesinato, se inicia el procedimiento penal propiamente dicho contra esa persona. Dado que el asesinato es un delito muy grave, el proceso tiene lugar ante la Audiencia Provincial correspondiente, normalmente con la participación de un Tribunal del Jurado.
Fases principales:
- Instrucción: el juez recopila las pruebas y determina si existen indicios suficientes. Si los hay, dicta el auto de procesamiento y apertura de juicio oral.
- Juicio oral: se presentan las pruebas, declaran testigos, peritos y agentes. La fiscalía y la acusación particular solicitan la condena, mientras que la defensa busca la absolución o una pena menor.
- Veredicto y sentencia: el jurado decide sobre la culpabilidad. Si el acusado es declarado culpable, el juez impone la pena conforme a la ley. La sentencia puede recurrirse.
El proceso judicial garantiza derechos fundamentales como la defensa y la presunción de inocencia, pero también busca justicia para la víctima.
Ejemplos recientes en la Costa del Sol
En los últimos años se han producido casos de asesinato en la Costa del Sol que reflejan distintas realidades criminales.
Tiroteo en Puerto Banús
En julio de 2023, varios encapuchados dispararon con un subfusil en un restaurante de Puerto Banús, en un intento de asesinato entre clanes criminales. Aunque la víctima sobrevivió, el ataque fue considerado tentativa de asesinato.
Violencia de género en Marbella
En 2023, una mujer de 46 años fue asesinada en Marbella por su expareja, quien posteriormente confesó. La víctima había denunciado malos tratos y existía una orden de alejamiento. El crimen, cometido con extrema violencia, fue calificado como asesinato con alevosía y ensañamiento.
Ajuste de cuentas en Fuengirola
En diciembre de 2024, un hombre fue ejecutado a tiros en plena calle. La víctima estaba vinculada al narcotráfico, y la policía investigó el caso como un asesinato por encargo, típico de los ajustes de cuentas entre bandas.
Estos casos demuestran la diversidad de contextos en los que puede producirse un asesinato: desde violencia doméstica hasta crimen organizado.
El papel de los abogados penalistas
Tanto en defensa como en acusación, los abogados penalistas desempeñan un papel crucial en los casos de asesinato. Son delitos donde las penas son muy elevadas y donde cada detalle del procedimiento puede cambiar el resultado final.
Defensa del acusado
El abogado defensor protege los derechos del acusado. Examina las pruebas, verifica si se obtuvieron legalmente y busca atenuantes. En ocasiones, puede demostrar que no existía alevosía o ensañamiento, lo que rebajaría el delito de asesinato a homicidio. También puede alegar causas de inimputabilidad o alteraciones psíquicas.
Acusación particular
La familia de la víctima puede personarse como acusación particular, además de la fiscalía. Su abogado busca la pena máxima posible y la indemnización por daños morales y materiales. También supervisa que la investigación no deje cabos sueltos y que se respete la dignidad de la víctima.
Contar con un abogado penalista experimentado es clave tanto para la defensa como para la acusación. Estos profesionales dominan los procedimientos ante el Tribunal del Jurado y saben cómo argumentar ante ciudadanos legos.
Asesoramiento y defensa en casos de asesinato
En Odériz Abogados, ofrecemos asistencia completa en casos de asesinato y homicidio, tanto en defensa del acusado como en representación de víctimas. Nuestro equipo de abogados penalistas cuenta con amplia experiencia en procedimientos complejos, desde la fase de instrucción hasta el juicio.
Estudiamos cada caso en profundidad para diseñar la mejor estrategia legal posible, buscando siempre un proceso justo y un resultado favorable para nuestros clientes. Si necesita asesoramiento o defensa en un caso penal grave, puede contactar con nuestro despacho. Le ayudaremos a afrontar la situación con profesionalidad, rigor y la máxima discreción.